En 1960, Don Rafael Salado Lucena compra una estratégica extensión de tierras albarizas de 15 Ha, situadas en la zona más occidental de la provincia de Sevilla, a 59 km en línea recta de la desembocadura del Guadalquivir y a 9 km del pre-parque de Doñana, un lugar formado por albarizas lentejuelas y lustrillo.
El nombre de esas tierras es Finca las Yeguas.
El viñedo, ubicado en ladera orientada al occidente, recoge las corrientes atlánticas, se protege de los vientos calientes continentales y se resguarda de las calimas del Sahara.
Los suelos son de albariza, con una fina capa de lustrillo que retiene la humedad, potencia las levaduras autóctonas y permite que la vid madure lentamente.
Pero para nosotros, Finca las Yeguas es mucho más que un clima propicio y unos suelos óptimos para elaborar vinos.
Es el hogar, la tradición familiar, la perseverancia y la ilusión de una familia de viticultores con historias que contar.
Es zumbido de abejas y vuelo de vencejos, aromas de tomillo y romero. Son veranos calurosos de sol brillante y noches frescas, inviernos fríos que invitan a recogerse y lluvias tímidas que dan a la vid la cantidad justa de agua que necesita.
Finca las Yeguas es el esfuerzo de sus trabajadores y su ilusión por dar lo mejor.
Y ¡cómo no! Finca las Yeguas es Garrido Fino. Nuestro empeño en cultivarla es fruto del deseo de una familia de viticultores que ha visto cómo una viña tan arraigada y adaptada en Sevilla, ha estado a punto de desaparecer.
La Garrido fino está presente desde hace mínimo 500 años en nuestras tierras andaluzas, perfectamente adaptada al suelo y al clima. Esto permite bajar el rendimiento de producción para obtener unos parámetros de calidad y de acidez óptimos que no necesitan intervención.
Seguimos los métodos de viticultura ecológica para garantizar unos vinos y espumosos de calidad, que sean un espejo del carácter singular del Aljarafe sevillano. Además, cultivando en ecológico protegemos nuestra fauna y flora y devolvemos a la tierra sus nutrientes. ¡Creamos cada día un círculo virtuoso!
Nuestros viñedos son nuestra identidad. Y en cada botella queremos contarte cómo somos y lo única que es nuestra tierra.
Cuando pruebes nuestros vinos, probarás un poquito de la caricia del viento atlántico, de los aromas de las flores, de la sapidez del suelo y, por supuesto, de los ricos matices que la Garrido Fino va tejiendo, día tras día, en su proceso de vinificación.
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